miércoles, 15 de mayo de 2013

Oficina Londres. Directora Adjunta y Su Secretario de Dirección.

El problema es que Roy, es secretario de la Directora adjunta tiene diariamente que enfrentarse con una jefa que le hace sentir frustrado, irritado o abrumado.

En la mayoría de los casos no sabemos cómo tratar con personas que nos abrumas y hacemos lo que quieren, o simplemente les rehuimos, pensando que es la mejor forma de actuar. Las personas conflictivas cuentan con esa respuesta. Saben que con su actitud te desconciertan y te impiden actuar con eficacia, y eso es lo que hay que cambiar: tu respuesta a su actitud. Nada mejor para lograrlo que aprender de las personas que sí saben cómo lidiar con este tipo de personalidades complicadas.

Hace poco leí el libro ”Cómo tratar con personas difíciles” de R. Bramson, donde comentan que, ya estemos hablando de personas hostiles, protestonas, demasiado complacientes, indecisas, pesimistas o sabelotodos, hay una serie de pautas que podemos utilizar para mejorar nuestro trato y eliminar la ansiedad que supone tratar con este tipo de personas. Lo importante es no cumplir con la respuesta que esperan de nosotros. Aunque hay distintos métodos para cada tipo de persona difícil (puedes encontrar mucha información más detallada en el libro), hay una serie de pasos en común que constituyen la base para salir airoso de un encuentro con una de estas personas (de hecho, estos cinco pasos se pueden aplicar a muchas más situaciones):

1. Analiza la situación (y tu actitud). ¿Es de verdad una persona problemática o es algo temporal debido a una situación particular? Todos nos comportamos de forma problemática en determinadas circunstancias, y eso no quiere decir que seamos personas difíciles. Si lo tomas así te estás complicando la vida tú misma. De hecho, las personas más difíciles de tratar son las que ven siempre a los demás como difíciles. Una persona conflictiva se comporta de forma difícil continuamente. Si no es así, puede que estés buscando una excusa a tus propios problemas, y en vez de solucionarlos le echas la culpa a los demás. Así que considera si esa persona se ha comportado así en al menos tres situaciones similares, si tu reacción es desproporcionada (quizá estás irritada con esa persona por otra causa o tienes algún prejuicio…), o si se podría solucionar con una simple conversación franca. En todos estos casos no estarías tratando con una persona difícil.


2. No intentes cambiar a la persona. Es muy frecuente querer que las personas cambien y que no se comporten como lo hacen, o que lo hagan como nosotros queremos, pero con eso no vas a arreglar nada. Culpar a otra persona y desear que cambie te hace perder el tiempo y sentirte frustrada porque, ¿sabes qué? No va a cambiar. Así que intenta asumir que esperar que una persona cambie mágicamente no va a suceder.

3. Distánciate de la conducta problemática. Con esto no quiero decir que huyas, sino que dejes a un lado (por difícil que parezca) la irritación, frustración y ganas de cambiar a esa persona y observes la situación fríamente, desde fuera; e incluso que te pongas en su lugar. Esa es la única manera en la que podrás entender las causas de su conducta y las pautas de su comportamiento, y así podrás decidir cómo actuar o responder. De otra forma serás incapaz de planear una estrategia y estarás respondiendo como esa persona espera.


4. Diseña un plan para arreglártelas. Una vez que has comprendido la conducta de la persona problemática es hora de idear una estrategia para salir airosa de la situación. Lo más importante es saber que en tu actitud reside la solución, que eres tú la que tiene que modificar cómo interaccionas. Lo más común es ponerse a la defensiva e incluso contraatacar, pero eso no da buenos resultados. En vez de tomarte a mal su actitud busca alternativas que te permitan salirte con las tuya. Por supuesto, la respuesta dependerá del tipo de persona problemática con la que estés. Por ejemplo con una persona hostil, avasalladora y ofensiva funciona mantenerte en tus trece (que no te vea como débil), darle tiempo a calmarse, conseguir que se siente y evitar los choques frontales. Por otro lado, con una persona que le encuentra fallos a todo y protesta por todo y todos sin hacer nada al respecto sería útil, entre otras cosas, escucharle y no mostrarse de acuerdo ni disculparse. Puedes encontrar toda la información sobre los distintos tipos de personas difíciles en el libro que te mencioné antes.


5. Ponlo en práctica. Por supuesto tienes que elegir el momento oportuno, decidir cuándo tienes el tiempo y energía necesarios (porque los vas a necesitar) y tener en cuenta que la persona no esté pasando por una situación estresante. Puedes practicar antes en tu casa. Después, comprueba la eficacia de tu estrategia y haz modificaciones si es necesario.


Aun así algunas veces no hay manera de interaccionar con esa persona con normalidad. En ese caso, no hay más remedio que distanciarte lo máximo posible, aunque eso implique cambiar de puesto de trabajo. Por supuesto eso conllevará muchas molestias y estrés pero es tu elección. A veces es peor soportar a la persona en cuestión. Por eso es conveniente saber como tratar con estas personas para no tener que recurrir a medidas desesperadas. Para más información te vuelvo a remitir al libro ”Cómo tratar con personas difíciles”









Creo que ahora ya no hay problemas entre estos dos

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